¡La historia nuestra, caballero! nace del pequeño fragmento poético de introducción de la canción popular del músico cartagenero Joe Arroyo, que tiene como titulo, La rebelión. Esta canción encierra todo un imaginario cultural que se desprende al momento de querer expresar la verdadera historia del negro en la época de la esclavitud y de labrar el camino que lo llevara hacia la ansiada libertad. La canción expresa el reaccionar de un pueblo, una raza, de seres humanos que están ya cansados de tanto dolor por el yugo español. También expresa ese rapto del negro desde el continente africano hasta el nuevo mundo: América
Señala además un sentido muy vivo de pasión y el despertar de un pueblo que siempre estuvo sumergido en la oscuridad y de no ser reconocido y privilegiado por la historia como una imagen constructora del imaginario del Caribe universal.
¡La historia nuestra, caballero! es la reivindicación del pueblo negro (África), como ingredientes aportantes para la construcción de la nación, “allí donde la creatividad afro ha pasado desapercibida por los novelistas, ignorada por la historia oficial, mancillada por los académicos, vilipendiada por los ilustrados.”[1] ¡La historia nuestra, caballero! Se compone de una serie de intervenciones en el espacio público de la ciudad de Cartagena, donde dichas intervenciones plantean un elemento muy apropiado del antimonumento con el cual se expresa un sentido visible dentro de la invisibilidad del negro en la construcción de la nación colombiana, y más específicamente en Cartagena de Indias.
Son muy significativos los avances en materia de reconocimiento que ha logrado la comunidad negras a nivel mundial, nacional y local; es precisamente en esta línea que se plantea mi Trabajo de Grado, un aporte desde las artes plásticas a la visión de percibirnos, nosotros los negros como parte importante en la construcción de la nación, además que la mayoría de fortificaciones son el producto del trabajo de nuestros antepasados negros, ¡La historia nuestra, caballero! No es sin duda una protesta formal como se pensaría, es la apreciación desde la mirada plástica de cómo se conjugarían los elementos negros en las dinámicas visuales urbanas para convertirse en referente de reflexión a la ciudadanía sobre la apropiación de una historia que pervive en la contramemoria como forma de resistir y reivindicar ese pasado que se nos revela en nuestra identidad, en nuestros imaginarios colectivos.
Pretendo en este trabajo evidenciar a través de una propuesta artística la participación de los negros en la construcción de la historia social, política y económica de Cartagena de Indias durante el periodo de la esclavitud, evidenciando al mismo tiempo la exclusión a la cual ha estado sometido el negro por las elites dominantes de esta ciudad en la historia. En otro sentido, por medio de intervenciones en el espacio público de relacionadas con lo anterior, busco expresar de una manera estética la reactivación de la memoria de la sociedad para otorgarles a los negros el carácter de cultura viva en nuestro presente.
Finalmente como artista plástico, mi trabajo se encamina a develar las caras de la misma moneda, que son a mi juicio la visibilidad e invisibilidad del proceso de búsqueda de reivindicación y memoria negra, por ello es prudente que mí aporte se una a aquellos que exigen contar la historia como sucedió, en aras de un reconocimiento real que no solo en letra muerta, sino que sea parte integrante de una nueva sociedad que supere la discriminación e integre a sus individuos en dinámicas de diálogo y convivencia.
[1] Aragón Mina William, El pensamiento afro: más allá de oriente y occidente. Ensayo interdisciplinario del legado afro a la civilización. Universidad de San Buenaventura, 2003. Pág. 91
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